Tradiciones y costumbres
La cosmovisión indígena de Chiapas es un universo vivo. Para los pueblos originarios, el mundo no se divide en lo espiritual y lo material: todo está conectado. La tierra es madre, los cerros son ancestros, los animales tienen alma, y el maíz es sagrado. Muchas de sus tradiciones giran en torno a esta visión profunda del mundo.
Una de las más representativas es la carga del cargo religioso, donde personas de la comunidad son elegidas para ser mayordomos o cofrades, encargados de cuidar santos, organizar fiestas y mantener la armonía espiritual del pueblo. No es solo un trabajo: es un honor que requiere fe, recursos, y compromiso comunitario. Esto refleja su forma de vida colectiva y el principio de reciprocidad, donde dar y recibir son parte del equilibrio del universo.
Otra costumbre esencial es la limpia o curación con hierbas, rezos y ofrendas. Estos rituales no son solo para sanar el cuerpo, sino también el alma, los vínculos familiares, o incluso corregir el desequilibrio causado por faltas hacia la naturaleza. Aquí entra la figura del j'ilol o curandero tradicional, que tiene conocimientos heredados desde los tiempos mayas.
También están las ofrendas a los cerros, cuevas, ríos y a la tierra, donde se pide permiso para sembrar, se agradece por las cosechas o se limpia la energía. En muchas comunidades, se colocan velas, se quema copal, se ofrece pozol, tamales o pox (aguardiente ceremonial). La espiritualidad está viva en cada acto cotidiano.