
Colonización española
La conquista de Chiapas no fue fácil ni rápida. A diferencia del centro de México, donde los mexicas fueron derrotados en pocos años, aquí la selva, las montañas y la feroz resistencia de los pueblos originarios dificultaron el avance español. El proceso comenzó formalmente en 1523, cuando el conquistador Luis Marín, enviado por Hernán Cortés, llegó con un puñado de soldados. Pronto se enfrentó a grupos tzotziles, tzeltales, choles y lacandones que defendían sus tierras con uñas y dientes.
Después vino uno de los capítulos más oscuros: las Guerras del Chiapas, que se prolongaron hasta bien entrado el siglo XVI. Los pueblos fueron sometidos mediante la violencia, pero también por medio de la evangelización. Entra aquí el personaje clave: Fray Bartolomé de las Casas, quien llegó a Chiapas en 1544 como obispo. Aunque era español, defendió con pasión los derechos de los indígenas y luchó contra los abusos de los encomenderos. Incluso logró que se fundara un territorio libre de españoles en la región de Tuzulutlán, aunque ese experimento duró poco.
La colonización cambió radicalmente la vida en Chiapas: llegaron nuevas enfermedades, se impuso el idioma español, se introdujo el cristianismo y se explotó a los pueblos originarios en el sistema de encomienda, una forma de esclavitud disfrazada. Aun así, muchas tradiciones indígenas sobrevivieron y se mezclaron con las nuevas creencias, creando la cultura mestiza que hoy caracteriza al estado.